Esta tarde. por fin han comenzado las clases. Es agradable reencontrarse con alumnos deseosos de que esto empiece. El primer día siempre lo paga mi voz, ahora estoy con la garganta un pelín tocada, y es que todo el verano sin dar clases se nota, y la voz pierde su entrenamiento diario.
El primer día siempre es especial, para ellos y para mi.
Muchos nuevos alumnos van algo perdidos, no saben bien en que aula les toca, quien es ese profesor que pone en sus papeles... etc etc.
A mi me encanta psicoanalizar a la gente... que lo diga sino quien yo me se. Creo que soy un psicólogo o psiquiatra frustrado.
Nervios y risas al comienzo...
Y luego, como siempre, el usted. Todavía no logro acostumbrarme a que personas con 60 o 70 años me traten de usted, y aunque siempre digo lo mismo... no por favor no... de usted no, de tu..., los primeros días a alguno le cuesta acostumbrarse.
Sin embargo a mi me gusta la cercanía del tu. incluso a ellos, y siempre y cuando la confianza ya me lo permite, los acabo tuteando a todos, y es que sino, parece que uno no quiera romper la barrera profesor-alumno, y nada más lejos de mi intención. ¿No os parece?.
Ahora mi primer objetivo es comenzar a conocer a los que todavía no conozco, que son muchos. El tema de conocer sus nombres, me parece importantísimo.
¿No os pasa a vosotros que os refuerza vuestra autoestima cuando alguien recuerda vuestro nombre?. A mi me ha pasado toda la vida... con los profes, con los jefes en determinadas situaciones, con antiguos compañeros... no se, me parece muy importante.
De verdad que me pongo con ello ya. Eso si... tiempo, que ni Zamora se tomó en una hora.
En fin, lo dicho, arriba el telón.
PD. Sigo sin ordenador. Más de un mes sin ordenador es algo terrible. ¿Por qué no entienden eso los servicios técnicos?
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