27 marzo 2008

Andorra

Otra vez más, y ya van unas cuantas, nos volvemos a plantar en este pequeño país en medio de los pirineos. La verdad es que no se que tiene, que cuando no se nos ocurre otro sitio a dónde ir, nos venimos aquí.

Esta vez de nuevo en el hotel Carlemany en el que ya hemos estado varias veces. Es un hotel de lo más acogedor, y cuenta con termalismo en sus propias instalaciones. Situado en la avenida Carlemany, arriba de todo de la calle principal de compras de Escaldes.
Tal vez sea ésta la única pega de este hotel... las pocas ganas que le quedan a uno de subir la cuesta después de un día de compras agotador.

Si hay algo que muchas veces echo de menos de mi Ferroliño son los croissants de la Pastelería París de mi buen amigo Caco.
Que tenga que salir del país para encontrar algo ligeramente parecido a ese placer seguramente no terrenal, eso no tiene nombre.
Pues bien, para desayunar en el hotel y obteniendo así el segundo puesto en el ranking mundial de croissants, algo parecido a los auténticos números uno, que por cierto, no deberíais de dejar de probar, si visitáis Ferrol (Pastelería Paris, C/ Dolores 43)

Centrémonos.
Nos decidimos a visitar "todo el país", que se dice pronto, cosa posible, pues las distancias en Andorra son todas muy cortas. Y el tema de las compras lo dejamos un poco de lado...
Salimos desde Escaldes, con dirección a las pistas de esquí Grand Valira y de camino, visitamos todos los pueblecitos/ciudades que nos fuimos encontrando. Encamp, Canillo, Soldeu, y por ultimo Pas de la Casa.

La sensación de que nos íbamos adentrando cada vez más y más en un paraíso nevado iba en aumento, a la vez que el GPS nos indicaba que la altitud se hacía mayor. Pronto nos zambullimos en una nube, que hacía que conducir fuera bastante complicado, pues limitaba la visibilidad a apenas 1 o 2 metros por delante del coche. Así todo, continuamos hasta el final (del país, que no del mundo), Pas de la Casa, donde nos dimos la vuelta, para regresar a Escaldes.

Nada reseñable en las compras, nada reseñable en restaurantes (probamos uno nuevo, pero pasará a la historia sin pena ni gloría), y las pilas cargadas con aire de la montaña hasta la próxima vez... que será...

Unas cuantas fotos, en PicasaWeb